Les pido que lean esta página cuando ya no saben cómo disimularlo.
Todo nace con una pregunta muy parecida a esta.
¿Cómo puedo ordenar y organizar los trabajos y la comunicación interna de la empresa para que no nos den microinfartos todos los días?
Y muchas veces a esa pregunta se añade esta coletilla que la piensas pero no la dices.
Sin que me quite la vida la tecnología.
Sin que se convierta en otro dolor de cabeza.
Sin que me expriman “profesionales” sin conseguir apenas nada.
Sin que me salten al cuello los trabajadores.
Ese tipo de cosas.
Es una pregunta que esconde muchas cosas.
Como esto ya lo he vivido en mis propias carnes, y en las de otros, mejor te cuento algo que nos ayudará a ponernos en sintonía.
El primer día que entré en un trabajo a gestionar clientes, y recibí decenas de correos electrónicos, le pregunté a Raúl, hola Raúl, que estaba conmigo:
— ¿Cómo gobiernas todo esto?
— Con el email.
— ¿Y cuándo te llaman?
— Anoto.
— ¿Y después?
…
Menudo cacao de mensajes y conversaciones. Como no haga algo me va a terminar dando un ictus.
Poner orden para descansar mejor, que además veas que todo empieza a fluir sin que estés encima a todas horas, que el día a día avance sin muchos sobresaltos y que sepas cómo están todos los trabajos y cosas pendientes de la empresa.
Clarinete.
Esa es la idea.
Luego es verdad que fui por diferentes empresas haciendo cosas dispares como estrategias de marketing, ventas, gestión de proyectos, responsable de RRHH, comunicación y otras, pero el caos organizativo solía y suele ser habitual.
Bueno, la idea de esta página es que si crees que tu empresa tiene cierto desorden, rellenes este formulario de aquí abajo, y te cuente qué puedes hacer.
Unos pocos mensajes podrían cambiar cosas.