Mi hija juega al baloncesto y quería la camiseta del Casademont Zaragoza, pero a cincuenta eurazos decidimos esperar o buscar un cupón de descuento. Era su regalo de buenas notas del colegio.
Ya se sabe que cuando ves esa casilla en la web te vas como un loco a Google a buscar. O en este caso se tira de amigos abonados al club. No encontré nada.
Dos días después veo esta oferta en Twitter.
No es casualidad, es el final de temporada y tratan de vender lo que les queda.
Allá que voy y compro una equipación con un precio asequible, 34,90€.
Ahora lo que esperaba y lo que sucedió.
Me citan en las oficinas del club ya que no tienen tienda oficial. Me desplazo hasta allí, entro y le pido a un mozo mi pedido.
Sigo creyendo que ya que estoy allí hará algo.
Le pido que saque la equipación para comprobar la talla y ya de paso a ver si dice algo.
🦗 🦗 🦗 🦗
Venga, hasta luego.
¡Adiós!
Una oportunidad perdida.
A ver si a base de repetirlo, que cuando tienes a alguien en tu sitio web, o en este caso en tu tienda, no debes dejar irle así como así. Sin secuestrar.
Siempre se dice que es más fácil venderle a un cliente que ya tienes que a uno que no te conoce. Es lógico. No sé si siete veces más como se dice por ahí pero es muy lógico.
Las arañas no atrapan moscas que no caen en su red.
Ya que estamos en campaña de abonados, esperaba que me dijera algo, o quizás algún otro descuento comprando qué sé yo. Algo.
Si tienes una web, un ecommerce es buena idea persuadir a la persona que tienes dentro para que compre más. Por ejemplo el típico mensaje de:
Te falta 19 euros para tener el envío gratuito.
o
Mostrar una lista de productos relacionados, pero relacionados de verdad, en la parte de abajo.
Pero si tienes un sitio físico, donde la gente va a comprarte, prepárate un discurso comercial. Algo que te permita traer su atención.
Si vendes colchones, pregúntale por ejemplo.
¿Qué tipo de almohada usas?
Y a partir de ahí ya sabes.
No es momento de que yo elabore ese discurso, pero sabes lo que te digo. Muchas veces los clientes pasan sin pena ni gloria por el establecimiento.
No olvides lo difícil que es que alguien entre en tu sitio web o en tu tienda.
No le dejes ir así como así.
Bueno, ya ves de qué va el contenido de la web.
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