Aunque suene raro mezclar flamencos (las aves de color rosáceo) y huracanes, tiene más relación de la que parece. Bueno, yo se la he encontrado para vender más. Nada raro tampoco.
En el año 92, año de derroche olímpico, un huracán se acercaba a la costa de Florida, Estados Unidos. Un huracán de nombre Andrews.
Personalmente recuerdo tres huracanes en mi memoria. Andrews era uno y los otros dos Katrina y Mitch. Cuesta borrar las imágenes de su destrucción.
Ajenos a lo que se les venía encima, un grupo de flamencos vivían pacificamente en el Zoo de Miami.
Cuando se acercaba el nefasto día, un grupo de trabajadores del zoo prepararon las instalaciones para causar el menor daño posible a los animales.
Mientras estaba en mente qué hacer con las coloridas aves, a alguien se le ocurrió la brillante idea de dejarlos en los baños del zoo. En uno de ellos.
Según los presentes, los flamencos no fueron muy colaboradores en su cambio temporal de hogar.
El ocurrente fue un tal Ron Magill que les hizo esta foto.
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Dos días allí dentro y fuera …
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Cuando Andrews se desvaneció arrasando el sur de Florida, la imagen de la destrucción copó todos los diarios y televisiones del mundo. Año 92, recuerda.
Los medios, hartos de troncos, coches y casas destrozadas, pidieron a la gente que les enviaran fotos diferentes de lo sucedido. Y Ron les envió la foto de los flamencos.
Se viralizó.
Sin redes sociales.
Ron, que hacía fotos chulas en la naturaleza, siempre decía que aquella foto no era muy allá. Técnicamente.
Esa imagen técnicamente no es una buena imagen, pero su éxito me hizo comprender que no hay que preocuparse tanto por las cualidades técnicas de una fotografía. Preocúpate por captar un momento.
Y esto es lo que es interesante para cualquier negocio, vendas lo que vendas, hagas lo que hagas.
Ese momento del que habla Ron es muy parecido al de alguien que llega a tu web. O quien lee una propaganda del buzón. O quien recibe tus correos.
¡Capta su atención!
Puntos de contacto con tu marca le dicen.
Aquí abajo un ejemplo de algo que con el potencial que tiene se usa de manera vaga.
Este es el primer mail después de una bienvenida donde solamente se habla de los beneficios de la empresa, no de quién está leyendo el correo. Este es el error principal de las comunicaciones.
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Alguien llega a tu web, te deja su correo y ya empieza el festival de ofertas. Sin conocerme de nada, como si estuvieras en el bazar antiguo de El Cairo, no paro de recibir comunicaciones del mismo estilo.
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Claro, es mi opinión. El potencial de enviar correos es interminable. Para altas en aplicaciones, para sacar stocks, para explicar lo que haces de una manera de tú a tú …
Interminable.
Así pues, no te preocupes hoy por la tecnología, sino por generar un impacto. Sin duda esta foto lo consiguió. Ron no estaba muy contento, pero el impacto fue tremendo.
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Ahora vete a tu web y dime si ofrece algo relevante, que te deje mirando y leyendo sin parar.
O un mail que hayas enviado a un cliente.
Ahora te invito a que veas la mía. Y dime si no es diferente a lo que ves por ahí.
Hablo de un servicio que tengo, pero la idea es la misma para cualquier contacto con tus clientes y futuros clientes.
PD. Hoy Ron Magill es director de comunicaciones del zoo. No sé si tuvo mucho que ver la estampa.
PD2. La tecnología es transparente. Nadie la ve. No lo olvides.