Echándole valor, por no decir otra cosa, y poniendo una cámara, multiplicó sus reservas por 4.
Y sus ventas.
Antes de contarte lo de la cámara y lo que supuso para su negocio, tienes que saber que no soy licenciado en marketing, ni tengo masters, ni nada de eso.
Quiero que lo sepas desde el principio sin tener que ir investigando quien soy, aunque lo vayas a hacer.
Eso sí, me dedico a esto hace años. Sin títulos. Por si esto puede generarte desconfianza, para que no sigas leyendo.
Si sigues leyendo, bien.
Si decides salir, bien también.
Escucha esta historia con detenimiento y analiza su tiempo de ejecución.
En medio de una discusión sobre qué debían hacer para conseguir más reservas, a uno de ellos se le ocurrió plantear la loca idea de poner una cámara en la cocina. Así, mientras el cocinero hacía las comidas, los comensales lo podían ver cocinando sus propios platos.
Sólo era un comentario, pero dieron con la «tecla».
Lo publicitaron, lo comentaron por todos lados y lo pusieron en su propaganda.
Resultados:
Colas para entrar. Facturación multiplicada. Cocinero mosqueado.
Inversión:
Ahora la cámara, pero al principio usaron un móvil que tenían «parado». Y los panfletos.
¿Cuánto pagarías por esta idea? Ahora que sabes el resultado seguro que más que si no lo supieras. Al que lo propuso seguro que lo tacharon de loco.
Una idea, puesta en marcha, pueden significar miles de euros.
Otra historia. Real también.
Empezó con una conversación en la carnicería.
¿Ofreces servicio a domicilio?
De momento no, pero lo he pensado alguna vez.
¿Y pedidos por teléfono?
Si estoy atendiendo, no. No me da la vida.
¿Qué te impide hacerlo?
El tiempo. Y que estoy solo.
¿Quieres hacerlo en menos de 2 minutos?
El carnicero, perplejo, dijo que si.
Dame un papel un poco grande, boli y tu número de teléfono.
En menos de 2 minutos escribió su número de teléfono y puso:
¿Te gusta hacer cola para comprar? Supongo que como a mi, poca.
Haz tus pedidos a través de Whatsapp.
Se dibujó el logo, como se pudo, de Whatsapp y lo pegó en la pared trasera, en medio.
En unas semanas tuvo que contratar a dos personas para cubrir su demanda.
Con ejemplos las cosas entran mejor, por eso los pongo. Pero hay muchos como para llenar esta página. Te cuento más cosas para que te hagas una mejor idea:
- Sabrás como una gran empresa de alimentación los usa y podrás comprobarlo por ti mismo/a yendo al supermercado.
- Convertir en extraordinario lo ordinario es lo que mete dinero en tu bolsillo y para eso no hace falta ser un gurú del marketing, ni depender de habilidades tecnológicas. Pero hay que trabajarlo.
- Hablar de marketing parece ser hablar de millones de euros, pero no es así. Ni mucho menos.
- Esto no es un curso en vídeo, ni una charla grabada, ni PDFs para que leas. Es una charla en directo entre tu y yo donde podrás preguntarme lo que te de la gana.
- Muchas agencias, por no decir todas, te «obligan» a invertir bastante dinero antes de empezar a ver resultados. Muchas de ellas deben mantener estructuras costosas. Pero aun en el caso de hacer esa inversión, se suelen despreciar las ideas rápidas por no responder a un «canon» estúpido del mundo del marketing. Todo eso lo descarto.
- Toda esta milonga del avance tecnológico y los palabros absurdos nos lleva a parecer idiotas delante de un ordenador, pero eso no tiene que ser así. Es todo mucho más simple, cercano y entendible. Otra cosa es que los cantos de sirena te lleven hasta allí, pero ya es decisión tuya. Yo trataré de persuadirte para que esas ideas que tienes en la cabeza y que no has puesto en marcha te traigan dinero y aprendizajes.
- Si esas ideas son una locura, las analizaremos juntos y veremos su viabilidad o no. Sin eufemismos.
- También una empresa de salud bucal. Y cómo un simple gesto les hizo ganar millones de golpe gracia a cambiar el grosor de su producto.
- Los anglicismos nos hacen parecer idiotas muchas veces, pero como tenemos un idioma muy rico, usaremos palabras en castellano. Para todo hay traducción.
- Te contaré cómo un idea que pretendía ser un mero entretenimiento hizo que un pueblo doblara sus turistas anuales. Y eso, como sabrás, es dinero.
- Las experiencias de los que han hecho el camino antes son las que te llevarás. Un simple libro con una idea muy potente hará que cambies la forma de plantearte las cosas. Y te lo contaré mientras hablamos.
- Aunque oigas hablar de machine learning, big data y todas esas historias (hay miles), las ideas más locas y absurdas son eternas y se usan desde hace muchísimos años. Muchas de ellas tienen más de 100 años.
- Al haber trabajado 5 años en experiencia del consumidor conozco bien qué se mueve por su cabeza. A esto lo llaman Experiencia de usuario (UX) y/o Experiencia del consumidor (CX). Te lo comento porque igual lo lees por ahí y te suena a chino. Pues no es más que eso. Conocer cómo se comportan las personas cuando se enfrentan a un producto o servicio. Y que compren de la forma más fácil.
Todo esto es simple. Si haces cosas, pasan cosas.
En hora y media te llevas las ideas viables a tu bolsillo.
Acceso al pago y reserva.
Todas las preguntas que ves aquí me las han hecho de una forma u otra. Algunas son muy surrealistas. Si las pongo por aquí es porque seguro que por estadística hay más gente que las tiene, aunque nunca hayamos hablado.
¿Cuánto cuesta el servicio?
200€ + impuestos
Creo que es algo caro el servicio
Estoy contigo mano a mano durante 90 minutos. Podrás preguntarme lo que quieras. Creo que eso tiene un valor. No obstante, si crees que es un servicio caro, hay muchas opciones por ahí. En serio.
¿Exige mucha atención?
Sin conocer tu negocio puedo aventurarme a decir que si no puedes dedicar 90 minutos de atemción máxima de tu tiempo para mejorarlo, el problema seguro es otro.
Y anda que no aprendo de las historias que me cuentan. Aun rec
¿Haces descuentos?
No, pero podemos hablar durante 60 minutos y el precio bajará en proporción. Menos tiempo todavía, lo veo inviable. El resultado tampoco será igual, aunque pueda hablar muy rápido.
¿Valoras ideas o las ejecutas?
Valoro las ideas que tú me digas para tu negocio. Hablaremos de ellas, las modificaremos … tendrás una visión de lo que conlleva ponerlas en marcha o no. En dinero y tiempo. Con eso tomarás decisiones.
No las ejecuto. Si bien es cierto que conozco en el ámbito técnico a muchos profesionales que podrían hacerlo. A veces, ideas «absurdas» como la del carnicero si que las ejecuto yo.
¿Cuánto tiempo se tarda en poner en marcha ideas?
Algunas al terminar nuestra charla. Otras requieren más tiempo.
¿Quién ejecuta las ideas?
Parece una pregunta igual que la de arriba, pero incluso una misma persona me las ha hecho por separado.
Pues la verdad es que eso depende. Yo te diré cómo ponerlas en marcha. Para otras trabajo con profesionales que podrán dar presupuestos. Otras las pondrás tu. Eso te lo diré antes de terminar la sesión.
¿Seguro que esto funcionará en mi negocio?
Funciona en negocios muy grandes y en negocios de barrio. Para saberlo hay que ponerlas en marcha.
¿Noventa minutos es tiempo suficiente para valorar ideas?
Totalmente. Aunque poner en marcha alguna de ellas llevará más tiempo, pero es más que suficiente para valorarlas.
¿Garantía?
La garantía de que hablarás conmigo durante 90 minutos y me preguntarás lo que quieras. Saldrás con respuestas y cosas para poner en marcha justo cuando terminemos.
Creo que necesito más dedicación.
No hay problema. Para eso puedes leer aquí.
Todo esto es un mundo nuevo para mi. No pensaba que había que hacer tanto para poder tener un negocio rentable.
Esa forma de pensar es muy habitual. Primero hay que pasar del hobby al negocio, lo cual no es fácil. Y hay que saber vender.
En 90 minutos tendrás ideas de sobra para lanzar tu servicio o producto y poder probarlo.
¿Grabas la sesión?
Por defecto no, pero si quieres lo hacemos.
Una cosa muy importante que hay que dejar clara:
Las ideas en sí no valen nada. Nada de nada. No sólo en el ámbito de los negocios. En la vida.
A mi también se me ocurrió hace muchos años que un coche eléctrico sería el futuro.
Ponerlas en marcha te dará perspectiva y conocimiento. Y dinero.