Si tienes mente cerrada, no abras este mail

Escribo por el placer de hacerlo y porque puede traer clientes. Todo lo que se publica por aquí es hedonismo puro. Así lo creo vaya.

Por supuesto dedico momentos a la lectura. Relatos cortos sobre todo. También ensayos, aunque he decidido leer pocos al año, en vez de entrar en un concurso donde se compite por ver quien lee más libros en 365 días. Absoluta estupidez. Peor es leerlos a velocidad indescifrable.

Debo ser rarito.

Cuando hablo de relatos suelo caer en los mismos. No me arriesgo. Bukowski y Auster cubren el 90%.

Creo que se lee mucho y se relee poco. Ahí es más fácil encontrar valor.

Ayer volví a coger «Creía que mi padre era Dios» de Paul Auster.

El autor invitó a oyentes de radio a que le enviaran sus relatos. Debían ser verídicos y no muy largos. Más de 4.000 recibió en un año. Eligió según su criterio unos cuantos y los publicó en ese libro.

En el prólogo, de uno de los relatos, cita:

Al final, me encuentro sin una definición adecuada de la realidad.

A lo que Auster comenta:

Si no tenemos una certeza absoluta ante nada y si todavía poseemos una mente lo suficientemente abierta como para cuestionar lo que estamos viendo, tendemos a mirar el mundo con mayor atención, y, de esa observación, surge la posibilidad de ver algo que nadie había visto nunca. Debemos estar dispuestos a admitir que no se conocen todas las respuestas. Si creyésemos que si, nunca tendríamos nada importante que decir.

Y esta frase me ha vuelto a recordar aquello de las certezas cuando se trabaja con alguien en su negocio. A veces piden certezas. Y sin contar pandemias, es algo a todas luces una locura.

Lo digo ya:

No puedes aportar certezas de nada.

Trabajo SI.

Certezas NO.

Nunca puedes controlar todo lo que sucede. Ni siquiera en tu vida. Hoy haces planes y mañana se rompen por todos lados. Cómo vas a prometer resultados.

Ya lo decía Auster arriba:

Si no tenemos una certeza absoluta ante nada y si todavía poseemos una mente lo suficientemente abierta como para cuestionar lo que estamos viendo, tendemos a mirar el mundo con mayor atención, y, de esa observación, surge la posibilidad de ver algo que nadie había visto nunca.

Mente abierta SI.

Trabajo mucho. Certezas pocas.

Mejor ser realista y perder un cliente, a mentir y ganarlo.  

Y mucho realismo aplico cuando hablamos por primera vez.

Inversión sencilla y rápida.